En Galicia, saben bien que para que el pulpo no salga chicloso, hay que darle golpes con una maza, o congelarlo. Así, las fibras se rompen y es mucho más agradable de masticar.
Guillermo, gerente de la bodega Nairoa, había oído a los enólogos decir que la esencia del vino se encuentra en la piel. De ella viene su color, sus aromas y hasta parte de su sabor. Otra cosa que también les escuchó decir es que el frío ayuda a preservar los aromas y conserva la uva en mejores condiciones.
Guillermo quería crear algo y, en estos casos, lo primero que hacemos es mirar a nuestro alrededor buscando lo que tenemos a mano. Él se fijó en el túnel de congelado que tienen sus socios en la empresa de conservas vegetales de la que también son dueños. Y con esta máquina empezó a experimentar.
Primero, probó a congelar uvas y consiguió cubitos de uvas, que eran muy bonitos pero que no mejoraban el vino. Siguió experimentando y encontró algo que funcionó: congelar solo la piel.
Para conseguirlo, primero enfría las uvas recién recolectadas en una nevera durante 1 día. Luego, las mete en el túnel de congelado a -30ºC durante una hora. Lo justo para que solo se congele la piel. La uvase deshidrata, la piel se resquebraja y sus fibras se rompen, como pasa con el pulpo.
El resultado son vinos totalmente diferentes en aromas y con mayor concentración de sabor.
Así es como nace el vino VAL DE NAIROA. Un vino que se agota todos los años y del que Guillermo nos ha dado unas pocas botellas para ponerlas en nuestra web.
Blanco 2019
D.O. Ribeiro
Bodega Matarromera
Botella de 750ml
100% Treixadura
Maridaje con ensaladas, platos con arroz, mariscos, ibéricos y quesos.
