Hasta hace bien poco, el tapón de corcho era irremplazable para tapar una botella de vino, pero la tecnología y la investigación de nuevos materiales han permitido innovar con nuevos métodos para cerrar las botellas y así conservar nuestro preciado vino.
Tapón de rosca ¿cuándo?
Hoy os vamos a hablar de un método en particular, el tapón de rosca. ¿Cuántas veces has ido a abrir una botella y no encontrabas un abridor? A nosotros nos ha pasado mil veces. Pero no nos ha pasado nunca con una botella de ron o ginebra. El alcohol malo nos lleva años de ventaja.
¡¡En realidad, somos los españoles los que estamos anticuados!! Cada vez más países, como Australia, Estados Unidos, Chile… optan por este tipo de cierre para sus vinos.
¿Pero por qué seguimos utilizando el tapón de corcho?
Pues hay varias razones:
La primera: nos gusta vacilar cuando abrimos una botella de vino, nos encanta crear todo un ritual de apertura de cada botella… eso siempre que tengamos un abridor cerca y no nos toque bajar a comprar uno. Pero la razón principal para usarlo es que el corcho permite el intercambio de oxigeno con el exterior. ¿Y para qué quiere respirar el vino? Pues como organismo vivo, vivísimo que es, si va a permanecer años en la botella nos va a pedir renovar el oxígeno.
También hay una razón para no usarlo y es que el corcho natural puede estropear un vino, infectándolo con el TCA (enfermedad del corcho ). No enfermerás pero te tomarás un vino malísimo. En otro post os explicaremos cómo saber si tu vino tiene TCA. Es más habitual de lo que te puedes pensar.
Llegas al final del post y todavía tienes la eterna duda ¿Son los tapones de corcho mejores que los de rosca? Pues depende. Nuestra opinión es que es para vinos de poca crianza (6-12 meses) o sin crianza, la rosca es el mejor cierre, es sencillo y abarata mucho los costes. Pero si lo que quieres es tomarte un vino de esos que jubilan al corcho (abres la botella y el corcho se rompe de los años que lleva ahí colocado), pues sin duda que corcho.