Aquí tienes un divertido experimento que puedes probar en casa con tus amigos: selecciona una botella de vino blanco y otra de tinto. Coloca tres o cuatro vasos o copas diferentes para cada persona. Por ejemplo, puedes usar una copa de vino grande en forma de cuenco, una copa de champán, un vaso pequeño y cualquier otro recipiente que tengas en tu armario. Después, que cada uno de tus amigos pruebe el vino en una copa diferente
. ¿Te atreves?
Lo creas o no, el vino tendrá un sabor diferente en cada una. Algunas formas de cristal silenciarán el sabor, otras enfatizarán los aromas, y otras no mostrarán el sabor. Con suerte, notarás que una copa presenta el vino perfectamente, y es exactamente por eso que hay tantos tipos diferentes de formas de copa para usar dependiendo del tipo de vino que estés bebiendo. De hecho, hay copas específicas hechas para cada variedad y región del vino. Pero no te asustes, no es necesario tenerlas todos. Irás bien con unos pocos vasos o copas bien elegidas que se ajusten a tus hábitos de bebida personales.
Si te gustan tanto los tintos como los blancos, una buena regla es tener dos juegos de copas. Selecciona copas más pequeñas para el vino blanco y copas más grandes para el vino tinto. Por lo general, los vinos con más cuerpo funcionan mejor en copas grandes, ya que hay espacio para que el vino respire y desarrolle sus sabores. Cuando sirvas un tinto, llena la copa un tercio de la misma para permitir la aireación. La razón por la que las copas de vino blanco deben ser más pequeñas es para que no se calienten demasiado antes de ser consumidas.Qué copas necesitas también depende de lo que hagas. Para un picnic , unos pocos vasos de vidrio transparente pueden ser suficientes, pero para reuniones más formales o cenas divertidas, querrás una mayor selección de copas.