El término «vino naranja» es un poco inadecuado. No se trata de un vino hecho con naranjas, tampoco es un cóctel Mimosa (hecho con vino espumoso y zumo de naranja) ni cualquier otro derivado de estas dos mezclas. El vino naranja consiste en algo completamente diferente que desde YaVino os vamos a explicar
¿QUÉ ES UN VINO NARANJA?
El vino naranja es, literalmente, un tipo de vino blanco que se elabora dejando la piel y las semillas de la uva en contacto con zumo de naranja, resultando en un vino de color naranja. Por mucho que se llame «vino naranja» al fin y al cabo se elabora principalmente con uva (si no, no sería vino).
¿CÓMO SE HACE?
Para hacer este vino, primero hay que recoger nuestras uvas blancas, triturarlas y ponerlas en el recipiente donde se vayan a fermentar durante un periodo que puede ir desde cuatro días hasta varios años. La vinificación de este tipo de vino es un proceso natural que no utiliza prácticamente ningún aditivo, en ocasiones tampoco levadura. Gracias a esto, se trata de un producto con un sabor muy diferente al de los vinos blancos comunes, donde destacan los toques agrios y a nuez por la oxidación. La primera vez que pruebas un vino naranja suele ser, cuanto menos, impactante, ya que es un sabor al que no estás acostumbrado cuando pruebas vino.
Este método de elaboración de vinos blancos fue bautizado como «vino naranja» por el importador de vinos David Harvey de la compañía británica Raeburn Fine Wine. Otros estilos que se parecen a este es el conocido como «Ramato» (en italiano «castaño rojizo») y se refiere al Pinot Grigio italiano procesado de forma que el vino queda también de color naranja.
¿QUÉ SABOR TIENEN?
El vino naranja suele considerarse robusto y potente, con aromas melosos a nanjea (una fruta tropical originaria de Indonesia), avellana, nuez de Brasil, manzana, madera, aceite de linanza, enebro, masa madre y corteza de naranja. En el paladar, se trata de vinos con mucho cuerpo, secos e incluso tienen tantos taninos como un tinto, con una acidez muy similar a la cerveza afrutada. Suelen tener un sabor tan intenso que es recomendable estar sentado y agarrarse fuerte a la silla antes de probar tu primer sorbo.
Debido a su potencia, los vinos naranjas maridan perfectamente con comidas con la misma intensidad de sabor como: platos con curry, cocina marroquí en general, cocina etíope, platos coreanos y cocina japonesa tradicional, incluidos los platos con soja fermentada (Natto). Debido a la alta concentración fenólica y a la acidez de estos vinos, también combinan bastante bien con ciertas carnes como la de res.